El texto aborda la urgencia de la transición hacia economías verdes, que buscan reducir los riesgos ambientales y mejorar el bienestar comunitario. Aunque hay un consenso internacional sobre esta necesidad, existen divergencias sobre cómo implementarla en un mundo diverso en culturas, recursos y niveles de desarrollo. Además, se debate cómo equilibrar la sostenibilidad ambiental, social y macroeconómica sin perjudicar el desarrollo productivo.
El rol de las tecnologías es fundamental, ya que crean nuevas oportunidades de negocio y mercados, mejorando la eficiencia de procesos productivos hacia una economía circular. Este paradigma de sostenibilidad y el avance tecnológico presentan tanto desafíos como oportunidades, especialmente en la creación de “empleos verdes” en diversos sectores. Por ello, las políticas deben incluir la dimensión laboral para fomentar una economía productiva, inclusiva y amigable con el ambiente, esto implica repensar las condiciones laborales, revisar las calificaciones necesarias y abordar la seguridad social bajo nuevos paradigmas.