El análisis del mundo del trabajo, según la CEPAL (2014), subraya la importancia de abordar las desigualdades de género que persisten en los mercados laborales de la región, donde las mujeres enfrentan menores tasas de participación, concentración en sectores de baja productividad, segregación vertical y brechas salariales. Estas desigualdades se ven exacerbadas por la división sexual del trabajo, que recarga a las mujeres con tareas domésticas y de cuidado no remunerado, limitando su autonomía económica. Con la llegada de tecnologías disruptivas, las brechas de género corren el riesgo de ampliarse si no se implementan políticas públicas adecuadas. Para enfrentar estos desafíos y promover un desarrollo inclusivo, es esencial deconstruir los roles de género patriarcales y acompañar la revolución tecnológica con una transformación educativa que potencie las capacidades de las mujeres, lo que, a su vez, contribuirá al crecimiento económico sostenible y a la reducción de las desigualdades.
